Provisión de los servicios ecosistémicos brindados por Tabebuia rosea (Bertol.) DC. y Sabal mexicana Mart., en la División Académica de Ciencias Biológicas (UJAT), Tabasco, México.
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Resumen
México ocupa el segundo lugar a nivel mundial en tipos de ecosistemas y alberga
una alta diversidad de especies, ya que concentra entre el 10 y 12% del total de las
especies conocidas (Guerra, 2014). En la República Mexicana existen
aproximadamente cerca de 23,500 especies de plantas y 157,785 especies de
animales, entre los cuales el grupo de insectos cuenta con mayor número de
especies (Arellano et al., 2012). En la actualidad, se ha acelerado la reducción de
la superficie de bosques y selvas tropicales en el Territorio Mexicano, debido al
crecimiento poblacional y a los fenómenos naturales causados por el cambio del
clima (Gorospe-Zetina et al., 2014).
En Tabasco el cambio de uso del suelo ha transformado la vegetación arbórea del
pasado a áreas agrícolas y pecuarias (Ochoa-Gaona et al., 2012). En el año de
1940 la cobertura vegetal existente de selvas en Tabasco era del 49% de la
superficie del territorio, pero para la década de los 90´s sólo quedaba el 8% de su
vegetación. Actualmente queda menos del 1% de su cobertura vegetal conservada
en la zona de la Sierra de los municipios de Huimanguillo, Teapa, Jalapa, Tacotalpa,
Macuspana y Tenosique (Arreola et al., 2012). Estos municipios conservan algunos
islotes de vegetación de selvas que aún albergan una diversidad considerable de
flora y fauna. De acuerdo a Guadarrama y Ortíz (2001); Bueno., et al (2005); y
Magaña (2006) en el estado se contempla una riqueza florística de 196 familias,
1,165 géneros y 5,000 especies.
El territorio Tabasqueño ha sufrido tres periodos de cambios ambientales en sus
comunidades vegetales; el primer cambio ocurrido en la zona se debe
principalmente a la introducción de la ganadería extensiva en 1950, seguido de la
explotación del petróleo en 1960 y por último, la implantación del cultivo en 1965
(Pinkus y Contreras 2012). En el estado se han realizado proyectos y planes para
satisfacer las necesidades económicas y sociales buscando el bienestar de la
población tabasqueña, dichos proyectos han traído tanto beneficios como pérdidas económicas y ambientales en el estado tabasqueño. Los casos más comentados
son el Plan Chontalpa ejecutado en 1966 a 1971 y el Plan Balancán-Tenosique en
1972 (Tudela, 1992; Muñoz et al., 2012).
Los servicios ecosistémicos que ofrece una selva o un bosque son importantes,
tanto para el ambiente como para el hombre (Valdez y Ruiz, 2012). Por lo que la
pérdida de ecosistemas, es sin lugar a duda preocupantes, debido a que cada año
se incrementa la tasa de deforestación ocasionado que los servicios ambientales
que suministran se alteren (Balvanera, 2012). También, los cambios en el clima a
consecuencia del calentamiento global, ha hecho que muchas especies modifiquen
sus ciclos biológicos y otras no se adaptan llevándolas a su muerte (Smith y Smith,
2012).
Los servicios ambientales que ofrecen las especies vegetales, ayudan a reducir las
emisiones contaminantes en el aire, como es el caso de CO2 (Ruíz y Potvin, 2011)
considerando actualmente el principal causante del calentamiento. Sin embargo,
existen otros gases traza como el metano (CH4), el Ozono (O3), el óxido nitroso
(N2O) y los clorofluorocarbonos (compuesto de CFC), como el tetracloruro de
carbono (CCl3) y el diclorodifluorometano (CCl2F2), que también se han
incrementado en la atmósfera de manera notable contribuyendo a incrementar el
efecto invernadero y que eleva la temperatura atmosférica, uno de los problemas
que han ocasionado graves cambios en el clima (Perevochtchikova y Oggioni,
2013).En un una selva o bosque, la pérdida de la cobertura vegetal ocasiona la reducción
de los servicios ambientales debido a que se pierden los procesos y funciones que
se llevan a cabo como son; fotosíntesis, polinización, barreras rompe viento, refugio,
percha, alimento, caza, leña, carbón, estos servicios benefician tanto a las especies
silvestres como a la sociedad (Gorospe-Zetina et al., 2014). Las actividades
antrópicas sobre los recursos naturales y el mal aprovechamiento de los mismos, han traído como consecuencia que los ecosistemas se modifiquen (Chivian y
Bernstein 2015).
Los servicios ecosistémicos son las condiciones y procesos a través de los cuales
los ecosistemas naturales y las especies que lo constituyen, sustentan y satisfacen
a la vida humana; estos servicios ecosistémicos se divide en 4 grandes categorías,
en servicios de provisión, servicios de regulación, servicios de soporte y servicios
cultural (Valdez y Ruiz. 2012). Para que un ecosistema sea estable; depende de las
funciones ecológicas, de la biodiversidad, de los servicios ambientales sin olvidar el
bienestar humano; los seres humanos forman parte integral de los ecosistemas
(Chivian y Bernstein 2015).
Destacan en el territorio tabasqueño especies arbóreas como Tabebuia rosea
(Bertol.) DC., es un árbol que puede llegar a superar los 15 metros de altura, es una
especie originaria de América Tropical (Gorospe-Zetina et al., 2014). El Sabal
mexicana Mart., una palma que puede llegar a medir hasta los 15 metros de alto y
se distribuye en Centroamérica (Espinoza et al., 2012). Ambas especies crecen de
forma silvestre, se les pueden ver en varios tipos de vegetación; el primero en selva
baja perennifolia, vegetación secundaria y en pastizales mientras que el segundo
se encuentra ya sea formando palmares, en pantano, vegetación secundaria y en
pastizales (Ochoa-Gaona et al., 2012).
Tabebuia rosea (Bertol.) DC., es una especie que brinda servicios tales como;
conservación de suelo, control de la erosión edáfica, barrera rompeviento, refugio
de especies silvestres, regulación de ruido y calidad del aire (Cárdenas-Henao et
al., 2015). Por otra parte, el Sabal mexicana Mart., forma parte fundamental del
paisaje florístico brindando servicios en el ecosistema; como: hábitat de especies,
captura carbono atmosférico, regulación del clima y contribuye a la biodiversidad
(Ochoa-Gaona et al., 2012).