Caracterización parcial de enzimas digestivas en larvas y juveniles de robalo blanco del Pacífico Centropomus viridis.
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Resumen
La acuicultura es una importante actividad económica que provee medios efectivos
para la producción intensiva de organismos acuáticos bajo condiciones controladas.
Para que la acuicultura pueda desarrollarse de manera exitosa, es necesario hacer
diferentes investigaciones con la finalidad de conocer las condiciones óptimas de
las diferentes especies de interés (FAO, 2016). Para esto, es fundamental
comprender la fisiología de las diferentes especies de peces, particularmente
aquellas que presentan ontogenia indirecta, la cual se caracteriza por tener un
sistema digestivo incompleto al momento de su eclosión, por lo que es una etapa
crítica en su vida y que ocasiona cambios morfofisiológicos complejos que pueden
afectar su transformación del periodo larval al de juvenil (Balon, 1990; Zambonino
Infante y Cahu, 2001).
Existen muchas especies emergentes de interés acuícola, dentro de las cuales, las
de la familia Centropomidae, nombrados de manera común como robalos, poseen
características que las posicionan como excelentes candidatos para su cultivo. Las
diversas especies de Centropomidos habitan en aguas costeras someras, estuarios,
ríos, lagunas salobres, y realizan migraciones hacia aguas dulces (FAO, 2016).
Todas las especies de robalos son consideradas de alto valor económico, debido al
sabor de su carne y al gran tamaño que alcanzan en la etapa adulta. La producción
anual de robalos en México es una de las más importantes a nivel pesquero y
acuícola y tiene una gran demanda entre los consumidores, por lo que se registró
en 2017 un volumen de cosecha de 16,482 toneladas, con un valor de 755 millones
de pesos (CONAPESCA, 2018).
El género Centropomus cuenta con 13 especies que componen la subfamilia
Centropomidae (Carvalho-Filho et al., 2019), las cuales habitan el océano Atlántico
occidental y el océano Pacífico oriental. En la región del océano Pacífico oriental,
se registran seis especies de robalos (C. armatus, C. medius, C. nigrescens, C.
robalito, C. viridis y C. unionesis), de los cuales C. viridis llega a medir hasta dos
metros de longitud, aunque su talla comercial es de 60 cm (Tucker, 1987; Tringali
et al., 1999; Perera-García et al., 2008). Las estadísticas indican que la producción pesquera no satisface la demanda del
mercado nacional y presenta una clara disminución a lo largo del tiempo, aunado a
ser una especie de captura estacional (Anón, 1994). Debido a lo antes mencionado,
es necesario el realizar estudios sobre la especie que permitan desarrollar la
biotecnología de cultivo para la producción bajo condiciones controladas. En este
aspecto, los estudios con base en la fisiología digestiva de las especies, permiten
evaluar la capacidad enzimática digestiva durante diferentes etapas de vida,
incluyendo la ontogenia temprana, por lo que esta información permite la generación
de protocolos de alimentación, el desarrollo de dietas específicas, así como la
determinación del protocolo para la deshabituación del consumo de presas vivas a
alimentos balanceados y con ello, lograr una adecuada transformación de larva a
juvenil (Moyano et al., 2005). En este sentido, existen técnicas bioquímicas que
permiten determinar las capacidades enzimáticas digestivas de manera específica
para cada etapa de vida y por ende, el potencial fisiológico digestivo, así como
afinidad hacia ciertos insumos alimenticios (Zambonino-Infante et al., 2001).
De acuerdo a la Comisión de Enzimas (EC, Enzyme Commission) las enzimas se
clasifican y se nombran según la clase de reacción que cataliza, a partir de lo cual
se catalogan seis categorías principales de enzimas, las cuales son: 1)
oxidorreductasas, 2) transferasas, 3) hidrolasas, 4) liasas 5) isomerasas, 6) ligasas
(Álvarez-González et al., 2006). En este sentido, las enzimas digestivas son
clasificadas dentro del grupo 3 de las hidrolasas, las cuales se encargan de romper
macromoléculas (proteínas, lípidos y carbohidratos) en sus monómeros básicos
(aminoácidos, ácidos grasos y monosacáridos), por lo que desde el punto de vista
nutricional es proceso indispensable para la absorción de los nutrientes esenciales
para que el organismo haga diversos procesos bioquímicos y metabólicos
(Guillaume et al., 2004).
En la actualidad el INAPESCA está enfocando esfuerzos y recursos para detonar la
maricultura en México, siendo las especies de la familia Centropomidae de gran
interés dentro de este proceso. El primer cultivo a nivel piloto comercial se ha
registrado para el robalo blanco (C. viridis) en al Pacífico mexicano, lo que engloba la generación de zootecnia en reproducción, producción de juveniles y proceso de
engorda, lo cual genera expectativas positivas para el cultivo de esta especie
(Ibarra-Castro et al., 2017; INAPESCA, 2018). De esta forma, se requiere ampliar
los conocimientos biológicos de las especies de esta familia, que ayuden a mejorar
la zootecnia. En este aspecto, es fundamental el entender la capacidad digestiva, lo
que incluye los mecanismos químicos del proceso digestivo en todas las etapas de
desarrollo. Por lo tanto, conocer la funcionalidad de las enzimas digestivas en cada
etapa de vida se convierte en una herramienta útil para mejorar la tecnología de
cultivo (Álvarez-Lajonchére et al., 2002; Krogdahl et al., 2005).