Impacto del sistema de control interno en operaciones inexistentes o simuladas
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Resumen
En materia fiscal existe una relación estrecha entre la autoridad hacendaria y los
contribuyentes, la cual ha tenido diversos pasajes sombríos a lo largo de la historia, tanto de
los contribuyentes hacia la autoridad como de manera viceversa. Un claro ejemplo de lo
anterior, lo apreciamos en una práctica arraigada por ciertos contribuyentes; y hablamos por
supuesto de la evasión fiscal, la cual se ha sofisticado de tal modo, que en la actualidad se
puede visualizar uno de sus brazos más poderosos llamado: inexistencia o simulación de las
operaciones.
Los contribuyentes a través de su personalidad y capacidad jurídicas tanto propias
como de sus entidades económicas para realizar operaciones económicas; han provocado
cierta desconfianza en el fisco, el cual a través de mecanismos legales los busca y persigue de
tal modo que llega a hostigarlo frecuentemente, provocando una alteración sostenida en la
relación jurídico fiscal.
No obstante, aunque con muchos sinsabores, a todos los ciudadanos nos conviene que
ambas partes puedan llevar una relación sana, si bien es cierto que la autoridad hacendaria
utilizará medios legales, los contribuyentes aparte de contar con medios igualmente jurídicos,
tienen un plus regulado por la teoría técnica; que avanza de tal modo por todos los rincones de
la entidad económica, que lo convierte en un mecanismo de defensa poderoso contra
cualquier posible riesgo ya sea fiscal o financiero, y este es el llamado control interno, el cual
puede crear cierta certidumbre para ambas partes de la relación fiscal.
No debemos olvidar el principio de la solidaridad económica, estipulado
implícitamente en nuestra carta magna, el cual tiende a recordarnos que necesitamos
contribuir al gasto público para sustentar las necesidades de nuestra nación, no sin pasar por
alto el reafirmar que es una obligación tanto legal como cívica cumplir de manera
proporcional y equitativa a dicho gasto.
Así mismo la autoridad hacendaria debe hacer valer el estado de derecho que inviste a
los contribuyentes y no vapulear su esfera jurídica ya que los contribuyentes a través de
grandes movimientos sociales han reclamado y ganado dicha esfera jurídica emitida en las
distintas legislaciones vigentes. Por el bien de nuestro país y el bien común, hagamos posible
esta sana relación fiscal.