La propaganda negativa en las elecciones presidenciales de 2006 y 2018 en México: efectos sobre el comportamiento electoral
Cargando...
Fecha
Autores
Título de la revista
ISSN de la revista
Título del volumen
Editor
Resumen
Las estrategias de campañas políticas en el marco de los procesos democráticos
tienen la finalidad básica de construir narrativas a través del discurso político e
impulsándose sobre la base del liderazgo del candidato, el contenido programático
y el ataque a los adversarios. Lo anterior se sintetiza en la implementación de un
trabajo de propaganda electoral que permea al ecosistema político en el cual se
desenvuelve la sociedad, afectando de manera positiva o negativa al público elector
respecto a su decisión de voto.
En los últimos años se ha observado que las campañas políticas, tanto en
México como en otras naciones, se han desarrollado en un clima de confrontación,
en el cual se alude a la emotividad del elector a través de mensajes construidos
sobre la falsificación de hechos, la deformación de la realidad y la estigmatización
del oponente con el objetivo de provocar una sensación de incertidumbre, temor y
desconfianza en el público electoral. Es decir, el discurso político inmerso en la
propaganda electoral de corte negativo está centralizado en la posición de las
creencias y los supuestos, más que en las ideas o las propuestas.
La difusión de mensajes de confrontación en este proceso de comunicación
política entre el candidato y el votante durante las campañas electorales, conllevan
a posibles escenarios de polarización de la opinión pública y conducen, además,
hacia estadios en los cuales se provoque desafección política en la sociedad y, por
ende, se erosione la democracia impactando en el ejercicio libre del voto.
En este sentido, la propaganda negativa, entendida como el conjunto de
estrategias comunicativas implementadas para desacreditar información política en
el marco de las campañas electorales, representa una problemática para las
sociedades actuales, puesto que ponen en riesgo la confianza de la sociedad en las
instituciones políticas y en los procesos democráticos, y facilitan la deslegitimación
de la democracia como ideal abriendo el paso a regímenes autoritarios, al mismo
tiempo que se afectan derechos político-electorales, así como derechos humanos
básicos como la libertad de expresión y el derecho a la información. Por otra parte, desde la aparición de los medios de comunicación masiva, se
ha tratado de entender y explicar mediante diversos enfoques tanto teóricos como
metodológicos, los efectos que puede provocar la comunicación de masas en el
comportamiento de sus audiencias. Dentro de estos estudios, se encuentran los
planteamientos que proponen que el impacto de los medios de comunicación en el
público es indudable, puesto que existe una influencia determinada por los
contenidos que son tomados como fuentes de información incuestionable y
acertada por parte del espectador. Sin embargo, desde la perspectiva opuesta, se
afirma que los medios de comunicación, en realidad, tienen un efecto acotado en la
audiencia, aludiendo a la racionalidad del individuo y su capacidad de
discernimiento sobre la realidad.
En el campo de la comunicación política, particularmente en las campañas
electorales como una de sus vertientes, nos encontramos con la discusión sobre los
efectos que las estrategias que se implementan en tiempos electorales pueden
llegar a provocar en el comportamiento del votante. En este punto, se identifican
dos tipos de estrategias a seguir de acuerdo a la naturaleza de los mensajes:
campañas propositivas y campañas negativas. En las primeras, el candidato da a
conocer su programa electoral y sus propuestas de manera objetiva con la finalidad
de consolidarse como la mejor alternativa. Mientras que el segundo tipo, persigue
el objetivo de atacar al oponente mediante información tendiente al desprestigio y a
disminuir la simpatía que pueda tener el público hacia los oponentes.
Es necesario considerar que, en las democracias participativas, las
campañas electorales representan una fuente de información importante en la toma
de decisiones por parte del elector, de tal forma que cumplen la finalidad de orientar
el voto hacia una u otra opción de acuerdo a las propuestas que presenta cada
candidato o partido político, ejerciéndose de esta forma, libertad de expresión y
derecho a la información, indispensable en todo régimen democrático.
Tomando en cuenta lo anterior, podríamos considerar que una elección se
define de acuerdo a las mejores propuestas que presenta cada opción política,
remitiéndonos al ejercicio racional que hace el votante al momento de elegir la mejor
opción. No obstante, la tendencia actual de las campañas políticas a nivel global, no
se basa en el debate de ideas y propuestas, sino en la preponderancia de mensajes
tendientes a generar y reproducir un halo de polémica en el oponente, aludiendo a
la emotividad del elector con mensajes que evocan sentimientos de miedo e
incertidumbre.
Precisamente, la implementación de campañas negativas en el ámbito
electoral de México se ha intensificado sistemáticamente a partir de la elección
presidencial de 2006 creando una constante en su uso, siendo un fenómeno
observable en las elecciones presidenciales posteriores de los años 2012 y 2018.
Como ya se comentó, el uso estratégico de este tipo de campañas tiene
incidencia en la participación de los electores, provocando efectos nocivos para la
democracia participativa al crear crispación o polarización en los electores; sin
embargo, también hay que reconocer que sus efectos pueden ser favorables por el
incremento de información para la toma de decisiones de los ciudadanos en los
procesos electorales y la movilización que pueden provocar en el elector. Es decir,
el uso de propaganda de corte negativo puede tener efectos en la intención de voto
del elector, y por ende, en el curso democrático de un proceso electoral.
El trabajo que se presenta explora la relevancia del estudio del
comportamiento del individuo frente a los estímulos generados a través de mensajes
diseñados para influir en una intención electoral a través de las campañas políticas.
Particularmente, se pretende indagar sobre los efectos que se generaron en
la intención del voto a partir de la exposición de campañas negativas durante las
elecciones presidenciales de 2006 y 2018 en México, tomando en cuenta que las
estrategias de comunicación electoral implementadas por los candidatos de ambas
elecciones fueron muy parecidas, pero con un resultado distinto. Además de
identificar cuales fueron las posiciones en la cobertura de los medios de
comunicación en ambos procesos electorales.
A partir del análisis de dicho fenómeno será posible determinar si el uso de
las campañas negativas en el caso de México, puede ser un factor considerable en
el comportamiento electoral y en el resultado de las elecciones o, en su defecto, se
trata de un elemento que no afecta la decisión electoral. La presente investigación se compone de seis capítulos divididos en dos
partes; la primera se conforma por un marco teórico conceptual en donde se aportan
los elementos que favorezcan a la comprensión del problema de investigación
desde la perspectiva de los estudios previos sobre las variables centrales. En la
segunda parte, se lleva a cabo el desarrollo empírico de la investigación, en donde
se analizan las posturas y los comportamientos de los actores del proceso de
comunicación política en las elecciones presidenciales de 2006 y 2018.
En el capítulo primero se abordan tres ámbitos necesarios para comprender
el escenario en el cual se desarrolla el fenómeno de la propaganda electoral: el
ámbito público, el ámbito político y el ámbito mediático. Así mismo, se brinda un
abordaje teórico sobre los temas principales, es decir, lo referente a la propaganda
electoral negativa y al estudio sobre el comportamiento del elector.
El capítulo segundo es un análisis sobre la evolución que presenta el sistema
político, electoral y de partidos en el periodo analizado en esta investigación, así
como la relevancia que tuvo la celebración de la elección presidencial de 2006 para
los procesos electorales subsecuentes.
Dentro del capítulo tercero se aporta un compendio sobre lo establecido en
el derecho internacional de derechos humanos con relación a la democracia; de
igual manera, se analiza el ejercicio y la garantía de los derechos político-electorales
en México, así como también lo establecido en la norma respecto a las campañas
electorales.
En la parte empírica de la investigación se comienza con el capítulo cuarto,
en el cual se lleva a cabo un análisis de contenido de los spots que se presentaron
en los procesos electorales de 2006 y 2018 con el fin de identificar aquellos
promocionales con contenido de propaganda negativa, tomando en cuenta los
criterios emitidos por la autoridad competente en la materia respecto a este tipo de
mensajes, además se contabiliza el número de promocionales presentados por
cada candidato, para referenciar posibles incidencias en el comportamiento
electoral.
En el capítulo quinto se realiza un estudio documental sobre el
comportamiento electoral en las elecciones presidenciales de 2006 y 2018, tomando en consideración las encuestas de opinión llevadas a cabo por algunas empresas
encuestadoras y que muestran la intención de voto hacia los candidatos en ambos
procesos electorales. De igual forma, se retoma la contabilidad de los spots
pautados en ambos procesos electorales para demostrar incidencias en el
comportamiento del elector.
Finalmente, el capítulo sexto consta de un análisis sobre el seguimiento de
los medios de comunicación respecto a la cobertura de los procesos electorales
federales de 2006 y 2018, con el fin de identificar tendencias que pudieron favorecer
o perjudicar a los participantes en dichos procesos democráticos respecto a la
intención de voto del elector.
El objetivo central de esta investigación es determinar en que medida las
estrategias discursivas de tipo negativo implementadas por los actores políticos y
mediáticos en los procesos electorales presidenciales de 2006 y 2018 afectaron el
comportamiento electoral de los votantes. Asimismo, se establecieron los siguientes
objetivos específicos:
• Definir los elementos conceptuales en los que se llevan a cabo los procesos
electorales a partir de los ámbitos público, político y mediático, así como los
elementos teóricos de la comunicación política que condicionan la influencia de la
propaganda política en el comportamiento electoral.
• Analizar el comportamiento del sistema electoral, político y de partidos en
las elecciones presidenciales de 2006 y 2018 en México para identificar su evolución
y transformación.
• Identificar el ejercicio de los derechos humanos en el marco de los procesos
electorales y su garantía, así como la regulación de las campañas políticas. en
México.
• Clasificar el contenido de los spots presentados en las elecciones
presidenciales de 2006 y 2018 para identificar la propaganda negativa utilizada en
ambos procesos electorales.
• Observar el comportamiento electoral que se generó en las campañas
presidenciales de 2006 y 2018 considerando los elementos que el elector toma en
cuenta para determinar su decisión. • Evaluar el tratamiento de la información relativa a las campañas electorales
presidenciales de 2006 y 2018 por parte de los medios de comunicación masiva
para identificar tendencias positivas o negativas sobre los actores políticos en
ambos procesos electorales.
Con ello, se pretende responder a las preguntas de investigación: ¿Cuál fue
el impacto de la propaganda electoral implementada en las elecciones
presidenciales de 2006 y 2018 en México en el elector? ¿Que elementos teóricos
explican el comportamiento electoral? ¿Cuál fue la evolución de las estructuras
institucionales relacionadas con los procesos democráticos en México de 2006 a
2018? ¿Cuál es la normativa que regula el ejercicio de los derechos humanos
relacionados con las campañas electorales? ¿Qué tipo de estrategias discursivas
se utilizaron en la propaganda electoral de las elecciones presidenciales de 2006 y
2018? ¿Cuál fue el comportamiento del elector frente a dichas estrategias
discursivas? ¿Qué función cumplieron los medios de comunicación como
mediadores de la información entre las campañas y los electores?
Las variables de estudio que se identifican en el presente estudio son la
propaganda electoral como Variable Independiente (VI) y el comportamiento
electoral como Variable Dependiente (VD). La hipótesis de investigación que se
plantea establece que la implementación de estrategias discursivas de tipo negativo
en el escenario de las campañas electorales presidenciales de 2006 y 2018 por
parte de actores políticos y mediáticos, tuvieron efectos diferenciados en el
comportamiento del elector provocando rechazos y reafirmando convicciones hacia
determinados actores de ambos procesos electorales.
De igual forma, se observa que, pese a la regulación establecida por la
Constitución Política y todo el corpus legal en materia de propaganda negativa, se
ha tratado de favorecer en toda medida la libertad de expresión de los candidatos;
como consecuencia, se ha afectado el derecho a la información del público elector
para contar con elementos objetivos que permitan una deliberación libre e informada
sobre su voto a favor o en contra de algún candidato.
Por otra parte, los medios de comunicación cumplen una función importante
para favorecer o perjudicar las estrategias comunicativas de los candidatos que participan en los procesos electorales; por tanto, forman parte intrínseca de dichos
procesos dado que son el vínculo entre el discurso político y el público elector.
Respecto al marco teórico, es importante considerar que la implementación
de estrategias de propaganda negativa en el ámbito electoral, es un fenómeno que
debe ser considerado a partir del análisis de los tres diferentes actores del proceso
de comunicación política identificados por Dominique Wolton como los políticos, los
periodistas y la opinión pública. Con el fin de analizar las relaciones comunicativas
establecidas entre dichos actores en los procesos electorales de 2006 y 2018, se
han elegido tres diversos abordajes teoricos que estudian, por separado, el
comportamiento de los tres actores del proceso de comunicación política.
En primer término, para analizar los mensajes de los actores políticos, se
consideró la Teoría funcional del discurso de campaña política, de William Benoit,
en la cual define al discurso de campaña como un recurso cuyo propósito es
persuadir al votante para ganar la contienda electoral, presentándose a sí mismo
como la mejor opción y al oponente como la alternativa menos deseable. Para ello,
según el autor, los candidatos recurren a la propaganda política a través de los
spots, a tres estrategias principales: la aclamación, la defensa y el ataque. Y los
tópicos más recurrentes en el discurso de campaña son temas concernientes, por
un lado, a la política, y por otro, a impulsar la imagen de los candidatos.
En segundo lugar, para estudiar el comportamiento del elector, se utilizó un
corpus teórico conformado por modelos clásicos que permiten entender las razones
de la decisión de un elector a partir de tres enfoques: el enfoque sociológico o
Modelo de Columbia que explica el comportamiento electoral respecto a las
condiciones sociales del votante; el enfoque psicológico o Modelo de Michigan, que
permite entender las desiciones del elector conforme a su identificación partidista y
otros factores de identidad sobre los valores de la propuesta partidista; y finalmente,
el enfoque racional o Escuela de Rochester que concibe el comportamiento del
elector basandose en un cálculo de costo/beneficio sobre la elección.
Finalmente, con el objetivo de identificar la postura de los medios de
comunicación frente a los mensajes de propaganda electoral en el marco de las
elecciones presidenciales de 2006 y 2018 en México, se utilizó la teoría de la Agenda Setting desarrollada por Maxwell McCombs, la cual explica que los medios
de comunicación masiva realizan una selección de temas sobre los cuales se
discuten en sus programas, de acuerdo a lo que consideran en importancia, orden
y manera de abordarlos y eliminan de la agenda aquellos que, por los intereses del
propio medio, no se deben de hablar. El postulado principal se refiere a que la
opinión pública se desarrollará bajo los temas que se aborden en los medios de
comunicación, es decir, a partir del establecimiento de la agenda. De esta manera,
los temas predominantes serán aquellos que surjan desde los medios de
comunicación. En otras palabras, los temas que forman parte de la agenda de los
medios se transfieren a la agenda de los ciudadanos, y de esta forma, se formará
la opinión pública.
El presente trabajo es una investigación de tipo cualitativa y documental en
la cual se utilizó el método descriptivo. Además, se tomó como base metodológica
el Análisis de Contenido para estudiar e interpretar los mensajes de los spots de
propaganda política de los candidatos a la presidencia de México en las elecciones
de 2006 y 2018. Para ello, se ubicó el material requerido y posteriormente se creó
una base de datos de video con un libro de códigos de análisis de contenidos por
cada material tomando en cuenta los siguientes criterios:
1. Datos de identificación del spot.
2. Mensaje del spot.
3. Funciones discursivas del spot.
4. Mensaje de acuerdo a criterios jurisprudenciales.
De igual forma, se ubicaron las encuestas de seguimiento de intención de
voto que se generaron en los dos procesos electorales de acuerdo a los
lineamientos oficiales estipulados tanto por el Instituto Federal Electoral como por
el Instituto Nacional Electoral. Se hizo un registro de los dos momentos electorales
y se generó una matriz cronológica sobre el comportamiento del elector.
Por último, se llevó a cabo un análisis del monitoreo de los programas de
noticias en medios de comunicación masiva que llevaron a cabo una cobertura de
ambas elecciones para identificar tendencias a favor o en contra de los diversos
participantes en ambos procesos electorales.